viernes, 6 de octubre de 2017

VIAJE DE CHAMPIONS


Por Sergio González y Rosa Meis
¡Será maravilloso!!!!!! Viajar hasta el Troncoso!!!!! Sin necesidad de coger el barco o el avión!! Con las furgonetas de Amencer mola un montón 
  
La vuelta al mundo laboral tras las vacaciones llega a suponer un pequeño y temporal trauma para algunas personas; los madrugones, la rutina, los reencuentros… Los usuarios del centro de adultos de Amencer-Aspace, decidimos que este año íbamos a hacer algo distinto, trasladando nuestro viaje anual justo para después de las vacaciones veraniegas.

El destino fue, como viene siendo habitual desde hace algunos años, el pueblo costero de Sanxenxo, donde volvimos a ser inquilinos por siete días del Hotel Troncoso. Allí, una vez más, fuimos recibidos con los brazos abiertos por todo el personal del hotel.

La semana del viaje no destacó por las altas temperaturas, de forma que las sesiones de piscina fueron muy escasas, pero en su lugar nos valimos de una serie de actividades alternativas. Entre las actividades que se realizaron, cabe destacar las salidas realizadas por los paseos  y terrazas de los pueblos de la zona (Sanxenxo y Portonovo) con sus mercadillos que hicieron las delicias de algunos de mis compañeros. Así como apasionantes partillas de billar, siempre cargadas de piques y emoción, de futbolín, cartas o bingo. Siempre acompañadas, eso sí, de refrescos, galletas y demás virtudes. ¿Cuántos años hacía que no saboreaba un gustoso sándwich de Nutela que me hicieron viajar a los tiempos en los que los niños teníamos juguetes en lugar de consolas y los teléfonos móviles no eran más que un sueño de algún loco visionario? Fue un viaje donde todos practicamos deporte de sofá, mientras veíamos los partidos de la Selección Española de Baloncesto, o los partidos de Balompié de Liga o Champións.

Otra de las actividades estrella, fue la “Noite de Meigas” que nos brindó el hotel una de esas noches mágicas, en la que compartimos bebida y queimada con otros grupos viajeros que también pasaban allí sus vacaciones. Creo que fue la noche más divertida, con animadoras incluidas, una de ellas vestida como una bruja o meiga, que nos entretuvieron con su hermoso y terrorífico espectáculo. A continuación una sesión de música con temas de la tierra, algún que otro baile de salón, que terminó de fusionar a ambos grupos en lo que terminó siendo una agradable velada.

Por último la otra estrella del viaje, la comida. El bufé libre que consiguió que por el plazo de una semana, todos pusiésemos a prueba nuestros estómagos. “Pude comprobar que el de un servidor sigue estando a prueba bombas”, lo que consiguió que muchos de nosotros volviésemos de estas vacaciones con unos kilos más de los que teníamos cuando las iniciamos.


En fin, otras vacaciones que ya forman parte de la biografía del Centro de Día, Amencer-Aspace y que nos sirvieron para recargar pilas, volver a la rutina con ganas e ilusión suficiente para intentar a modo de “todos para uno y uno para todos” los nuevos retos a los que tengamos que hacer frente durante los próximos meses.

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